Expresar opinión, pedir un favor,
dar un consejo… son intenciones del hablante o funciones lingüísticas que se
pueden expresar con enunciados o exponentes muy diversos. Poniéndonos en la
piel de un estudiante ELE, ¿cómo escoger la forma adecuada? Dependerá del
contexto, de la actitud, de la persona que tenga delante… en definitiva de
factores de la pragmática, ajenos al código lingüístico, pero que intervienen
en el uso de la lengua. ¿Cómo expreso una petición, con imperativo, con una
pregunta…? Si bien escoger la forma es una elección subjetiva, hay una serie de
normas no escritas y fórmulas habituales que nos ayudan y que facilitarán el
trabajo del aprendiz.
La elección de fórmulas
convencionales para comunicarse evita malentendidos ya que la inferencia es
inmediata. Cuanto más directa sea la fórmula, mejor. Sin embargo, no creo que
se pueda a aplicar a las formulas convencionales indirectas utilizadas por
razones de cortesía. Según teorías desarrolladas por Brown y Levinson, cuánto
más indirecta sea una formulación, más cortés resulta. Tengo dudas respecto a
la eficacia de las fórmulas indirectas en la comunicación ya que influyen otros
aspectos socioculturales en el éxito de la comunicación. Si esto ya es así
entre los hablantes nativos, adquiere aún más relevancia en el caso de la
enseñanza ELE, ya que la tendencia a traducir una fórmula de un idioma a otro,
funciona solo cuando las lenguas están muy cercanas. Si no es así, se provocan situaciones
confusas. Por suerte, detrás de un hablante novato, siempre suele haber un
oyente paciente, al menos en contextos familiares. No siendo tan evidente en
contextos laborales o formales. De ahí la importancia de mostrar las fórmulas
convencionales y su utilidad a los estudiantes
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